En lo relativo
al diagnóstico
el autor dice que (…) “se nos plantea como necesidad la elaboración de un
diagnóstico que brinde una idea del escenario con el que contamos para que el
dispositivo se instale (…) Pensamos el diagnóstico como forma de construir un
saber con consecuencias sobre nuestra práctica y no como mero acto de etiquetar
tipos clínicos”. (Barberis Osmar, 2007)
Sobre el problema
clínico
En la primera parte de su enseñanza, Lacan ha puesto en acento en la presencia de los fenómenos elementales para diagnosticar
las psicosis. En la neurosis nos anoticiamos de la represión por el retorno de
lo reprimido.
Pero si sucede que algo de lo primordial en lo tocante al
ser del sujeto no entra en la simbolización, como en la psicosis, y es no reprimido, sino rechazado en el sentido de la forclusión lacaniana, sabemos de lo
rechazado por su reaparición en lo real.
El fenómeno
elemental es algo que ha sido rechazado de lo simbólico y que hace su
reaparición en lo real.
Si el fenómeno elemental fuese la única manifestación clínica
de aquello que fue rechazado de lo simbólico, y dicha manifestación sólo
tuviese lugar a partir del encuentro del
sujeto con una circunstancia que lo precipite ¿Cómo podemos estar advertidos
del infortunado encuentro, de que algo de lo tocante al ser del sujeto fue
rechazado y evitar de este modo precipitar un encuentro que provoque una
psicosis sintomática? (Barberis Osmar,
2007)
También dice que si de la psicosis sólo supiéramos
después del desencadenamiento, cuando una serie de fenómenos psicóticos ya
tuvieron lugar, nos encontraríamos con un problema clínico.
El fenómeno
elemental como criterio diagnóstico de las psicosis, parecería insuficiente
para diagnosticar las psicosis no desencadenadas.
En la actualidad hay dos posturas diferentes dentro de la
corriente lacaniana:
1)
Los
que postulan que el fenómeno elemental es insuficiente para el diagnóstico de
una estructura psicótica cuando esta jamás ha desencadenado.
2)
Los
que plantean que los fenómenos elementales o al menos de franja siempre están y
que solo hay que saber encontrarlos.
Axiomas
lacanianos
Para Lacan, el
campo psicopatológico se comprende por 3
estructuras: neurosis, psicosis y perversión y no puede haber pasaje de una
estructura psicopatológica a otra.
La psicosis:
para Lacan, aquello que la causa, es la forclusión
de un significante primordial, el significante
del Nombre del Padre.
En el Seminario 3, se pone de manifiesto cómo la
presencia de fenómenos elementales en la coyuntura del desencadenamiento,
permite diagnosticar la estructura psicótica.
El fenómeno
elemental no es la única manera de anoticiarnos de lo que fue rechazado de lo
simbólico.
Hay casos clínicos que no cumplen los criterios
suficientes para incluirlos en el campo de la neurosis ni presentan los
fenómenos patognomónicos de las psicosis.
Desarrollos
teóricos de la obra de Lacan
La noción de
estructura. Desencadenamiento y estabilización.
Lacan habla de psicosis
clínica, cuando en la psicosis florecen los fenómenos que denominará elementales.
Allí utiliza el término desencadenamiento,
haciendo referencia a lo que sucede a nivel de la cadena significante.
“La cadena significante, una vez inaugurada por la simbolización
primordial (…) se desarrolla según los enlaces lógicos de la metáfora y la
metonimia. El desencadenamiento tiene que ver con ciertos significantes que
comienzan a hacer su aparición por fuera de dicha cadena, en lo real”. (Barberis
Osmar, 2007)
Dice Lacan, si la falta del Nombre del Padre en el lugar
del Otro, una vez que la psicosis ha desencadenado, es la causante de que se
abra un agujero en el significado. La metáfora delirante es el lugar donde
significante y significado se estabilizan.
“Postula que la interpretación delirante es un intento de
cura que apunta a restaurar el efecto de significación entre significante y
significado. Intentaría paliar el déficit en lo simbólico y sus consecuencias
en lo imaginario, que produce en el sujeto psicótico la falta de un
significante primordial.
El delirio va a suplir a la metáfora paterna, intentando
dar sentido y cohesión a aquello que a causa de la ausencia de significación
fálica, no lo tiene”. (Barberis Osmar, 2007)
“Ciertas identificaciones imaginarias pueden servir al
sujeto de muletas para compensar la ausencia del significante, y de esta manera
tener comportamientos aparentemente ordinarios”. (Lacan, 1955-1956)
Dice Barberis, que cuando hablamos de compensación, nos
ubicamos en un tiempo lógico anterior al desencadenamiento, es decir, aún
cuando jamás ocurra un desencadenamiento en la vida de un sujeto psicótico,
siempre debemos suponer un momento previo de compensación.
¿Prepsicosis
o Psicosis no desencadenadas?
Lacan utiliza el término prepsicosis al preguntarse por el comienzo de la psicosis, aunque
paradójicamente postule la psicosis como antihistórica. Para él, el comienzo
remite a un encuentro localizable biográficamente, ante el cual el sujeto queda
en posición de recurrir a un significante que le falta. Este es un momento
anterior al de la emergencia en lo real de aquello que fue rechazado,
forcluido, en lo simbólico.
Fenómeno
elemental
3 textos de Lacan:
- De
la psicosis paranoica en sus relaciones con la personalidad.
Lacan agrupa bajo cuatro encabezados los fenómenos
elementales: estados oniroides, estados de incompletad de la percepción,
interpretaciones propiamente dichas, e ilusiones de la memoria.
Lo primitivo de estos fenómenos se relaciona con su valor
desencadenante, inicial, pero no con el factor que explica ni la fijación ni la
organización del delirio.
- Seminario
3
Vincula la estructura de los fenómenos de la psicosis a
la estructura del lenguaje.
“El delirio es
una composición de fenómenos elementales.”
Dice Lacan que los fenómenos elementales no son más
elementales que lo que subyace al conjunto de la construcción del delirio.
La noción de estructura, como estructura del lenguaje
toma fuerza y lo elemental del fenómeno ya no tiene que ver con lo primitivo.
La construcción del delirio no es secundaria en relación
a los fenómenos elementales y lo elemental no se relaciona con lo primitivo.
Delirio y fenómenos elementales participan de la misma fuerza estructurante.
- De
una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis
Los fenómenos de la psicosis son ahora tratados en
términos de fenómenos del lenguaje.
La forclusión
del Nombre del Padre en el lugar del Otro, decidirá el destino de la
estructura. Si en este Otro, el significante del Nombre del Padre no ha tenido
cabida, la condición del sujeto será psicótica. (Barberis Osmar, 2007)
Los fenómenos
elementales y las psicosis no desencadenadas
La elaboración que Lacan realiza del concepto de fenómeno
elemental amplía y precisa las herramientas teóricas para diagnosticar las
psicosis. Las amplia porque ya no necesitamos de la alucinación o del delirio
para diagnosticarlas, y las precisa en el sentido de que todo fenómeno psicótico es remitido a las
posibilidades mismas de la estructura psicótica en términos de la estructura
del lenguaje.
(…) “Los fenómenos
elementales no son los fenómenos patognomónicos de las psicosis. Ante la
presencia de ellos, y por la posibilidad misma de articularlos a la estructura,
no caben dudas de que se está ante una psicosis en los términos estructurales
en que Lacan la formula. Pero la ausencia de los fenómenos elementales no es
indicativa de la ausencia de la estructura que los genera”. (Barberis Osmar,
2007)
Lacan habla de los fenómenos de franja como aquellos
fenómenos previos al desencadenamiento y que por lo tanto antes de los
fenómenos elementales existían otros fenómenos posibles de ser articulados en
la estructura. Pero si se lee con atención, Lacan los menciona examinando la
función de fenómenos descriptos por Scheber y el escrito es de un psicótico
desencadenado, es decir que los fenómenos previos al desencadenamiento no serán
sino a posteriori.
El fenómeno
elemental no es suficiente para diagnosticar una estructura psicótica.
Algunas puntualizaciones de distintos
autores:
- Callegaris
Propone a la clínica psicoanalítica como una clínica
estructural en la medida que el diagnóstico
se establece en la transferencia. En la TR
organizada por el discurso del paciente, el terapeuta es asignado en un lugar a
partir del cual se puede realizar un diagnóstico.
La concepción de lo estructural, permite al autor
postular un diagnóstico de psicosis aun en ausencia de los fenómenos psicóticos como delirios y
alucinaciones.
“La apuesta neurótica hay por lo menos uno que sepa
lidiar con la demanda del Otro, entonces el
saber va a tener un sujeto supuesto
y la problemática de defensa se va a jugar en relación a cada sujeto con por lo
menos uno que sabe”.
Para el sujeto psicótico la elección es otra, no pasa por
la referencia al sujeto supuesto saber. El saber de la defensa es sin sujeto.
Lo que determina la estructura subjetiva es la presencia
o no de un significante privilegiado, el significante del Nombre del Padre que
opere en la estructura misma.
La estructura sujetiva no es diagnosticada por la
presencia o no de los fenómenos elementales, sino a partir de determinar si el
lugar ocupado por el terapeuta en la TR es o no el del supuesto saber y por el
otro un capitoné específico de la psicosis que liga significante y significación
pero sin que produzca un amarre
definitivo que se constituya como polo central. Esto permite pensar en la idea
de alguna cosa que pueda funcionar como metáfora, que pueda dar significación.
- Fernández,
Elida
La autora plantea que en la consulta nos encontramos con
individuos de estructura psicótica que aún no han desencadenado, pero donde se
prevé que el desencadenamiento va a advenir. En estos casos no son prepsicosis…
sino los momentos previos a la ruptura, donde en la consulta lo que escuchamos
podría parecerse a una neurosis obsesiva o histérica pero falta el conflicto
propio de cada neurosis. (Fernández Elida, 1995)
“Cuando habla de prepsicosis no esta pensando en el
sentido de temporalidad lineal, puesto que define a la prepsicosis como estructuras
psicóticas que nunca han desencadenado. Propone pensar las prepsicosis como
estructuras que han logran una suplencia del significante primordial a partir
de la cual logran una estabilización”. (Fernández Elida, 1995)
En las psicosis no desencadenadas nos encontramos ante
ciertos agujeros en el discurso o ciertas articulaciones que no se realizan.
Lacan introduce el concepto de suplencia en el seminario
3, pero Fernández toma el concepto forjado en los últimos seminarios donde la
carencia del significante del Nombre del Padre ya no es suplida únicamente por
la producción de una metáfora delirante.
Referencia bibliográfica:
Barberis, Osmar. Psicosis
no desencadenadas. Editorial Letra Viva. Buenos Aires, 2007.
*Lic. Natalia Rotolo. Psicoanalista- Maestría
en psicoanálisis UBA. Miembro del Instituto Oscar Masotta- Supervisora de
tratamientos en CET y Hospital de Dia “Un lugar en el mundo”. A cargo del gabinete
psicológico y proyecto de integración
escolar con niños con necesidades educativas especiales del Instituto Nuestra Sra. de Montserrat.
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